Por Mariluz Rodríguez, Gerente Comercial en ACL
La transformación digital comienza realmente cuando la tecnología deja de ser un área de soporte y se convierte en motor del negocio. En la banca chilena, ese punto de inflexión está ocurriendo ahora y de manera acelerada gracias a la inteligencia artificial.
Durante años, muchos bancos en Latinoamérica y Chile invirtieron en “digitalización”, pero sin transformación real. Se modernizaron canales, se automatizaron algunos procesos, se habilitaron aplicaciones móviles… pero el núcleo operativo siguió siendo el mismo: pesado, lento y costoso.
Hoy el escenario cambió. La presión competitiva de fintechs, la irrupción de plataformas innovadoras, además de nuevas expectativas de clientes y exigencias regulatorias, ponen contra la pared a los bancos tradicionales. Ya no basta con parecer digitales; ahora deben operar con lógica digital
Según el informe Global Banking Annual Review 2023–2024 de McKinsey & Company, los bancos que no aceleren su evolución tecnológica y transformación digital corren el riesgo de ver erosionada su rentabilidad y su participación en el mercado frente a competidores más ágiles y basados en datos.
Uno de los errores más frecuentes al hablar de transformación digital en banca es intentar innovar sobre una base tecnológica inestable. Es como querer construir un edificio moderno sobre un terreno sin consolidar: se cae.
Por eso, la evolución de TI en la banca ocurre en dos grandes etapas:
Etapa | Objetivo | Enfoque |
---|---|---|
Estabilización | Proteger operación y continuidad del negocio | Modernización del core, saneamiento, control de riesgos |
Innovación | Generar valor y crecimiento | Nuevos productos, data & inteligencia, modelos digitales |
Según KPMG en su Global Tech Report, “un promedio del 63% de los encuestados reportó un aumento en el rendimiento como resultado de sus esfuerzos de transformación digital en los últimos 24 meses”
En Chile, el avance digital en banca aún se encuentra en una fase intermedia. Según el Reporte de Madurez Digital del SENCE (2024), solo el 26% de los profesionales de la banca considera que su organización está en niveles avanzados de transformación digital.
El estudio revela además diferencias relevantes dentro del sector: los bancos internacionales muestran una percepción de mayor desarrollo digital, casi cuatro veces superior a la de los bancos locales, y existen brechas internas de visión entre roles gerenciales y colaboradores operativos, donde estos últimos tienden a sobreestimar el nivel de madurez digital de sus instituciones.
Esto sugiere una falta de claridad sobre lo que realmente significa “ser digital”, ya que muchos aún lo asocian únicamente a disponer de una página web o una aplicación móvil. El informe concluye que falta formación interna, alineamiento estratégico y comunicación organizacional para consolidar capacidades digitales reales.
¿Por qué estabilización no significa “quedarse atrás”? Porque los bancos que primero ordenan su arquitectura tecnológica luego avanzan más rápido y con menos riesgo.
La tecnología bancaria ya no es un área operativa. Hoy es el habilitador central de la competitividad. Pero para que eso ocurra, el área TI debe evolucionar su rol:
Rol TI | Antes | Ahora |
---|---|---|
Propósito | Mantener operación | Impulsar negocio |
Gestión | Proyectos aislados | Portafolio estratégico |
Foco | Infraestructura | Valor + Experiencia |
Velocidad | Planificación anual | Entrega continua |
Gobierno | Jerárquico | Ágil + colaborativo |
Basado en diversos estudios, la madurez TI en banca se construye sobre cinco capacidades clave:
Eliminación progresiva de sistemas legados, adopción de nube híbrida y arquitectura modular basada en microservicios y APIs para ganar flexibilidad y reducir deuda técnica.
Gobierno del dato, construcción de data lakes y uso de analítica predictiva y modelos de riesgo para habilitar decisiones basadas en datos y personalización bancaria.
Implementación de automatización inteligente, IA generativa, open banking y plataformas escalables para acelerar el lanzamiento de nuevos productos digitales.
Trabajo en squads TI + negocio, delivery continuo con DevSecOps, decisiones rápidas y cultura de iteración enfocada en resultados de negocio.
Integración con fintechs, bigtech y partners tecnológicos mediante APIs y modelos de co-innovación para acelerar el time-to-market y escalar capacidades sin construir desde cero.
La transformación digital no fracasa por tecnología. Fracasa por cultura. Según Harvard Business Review, el 70% de los proyectos de transformación organizacional falla por resistencia interna y falta de adopción, no por fallas técnicas. En banca, donde el cambio afecta procesos críticos y áreas reguladas, la gestión del cambio es un habilitador estratégico.
La transformación digital en banca no se logra con discursos ni consultorías eternas: se construye con una hoja de ruta clara y decisiones ejecutivas valientes:
Acción clave: Roadmap de estabilización trimestral alineado con negocio.
TI debe dejar de hablar solo en lenguaje técnico.
Acción clave: Incorporar métricas de negocio a TI: conversión digital, ventas habilitadas, retención.
TI debe dejar de ser un cuello de botella.
Acción clave: Crear un API Marketplace interno para acelerar nuevos productos.
Sin datos no hay personalización ni IA.
Acción clave: Instalar Data as a Product como estándar TI.
Scrum no es agilidad si sigues aprobando 12 firmas por cambio.
Acción clave: Pasar de proyectos a productos digitales.
Innovar sin quemar presupuesto ni credibilidad.
Acción clave: Crear Fábrica de MVP (Minimum Viable Product) internos para banca.
Innovar con control y cumplimiento CMF, PCI DSS, Basilea III.
Acción clave: seguridad como arquitectura, no como auditoría.
La historia reciente del sector financiero demuestra que no todos los proyectos TI exitosos son innovadores, y no toda innovación es sostenible. Los riesgos más comunes que frenan la evolución son:
Innovar sin estabilizar: Lanzar soluciones sobre infraestructuras frágiles genera incidentes, caídas y pérdida de confianza.
Tecnología sin propósito: Digitalizar procesos ineficientes no agrega valor.
Cloud sin estrategia de datos: Subir sistemas al cloud sin gobernanza ni seguridad multiplica riesgos.
Agilidad sin gobierno: Cuando cada equipo trabaja por su cuenta, el resultado es fragmentación.
Falta de visión integral: Sin liderazgo transversal, la transformación se vuelve un conjunto de pilotos inconexos.
Quick wins TI de alto impacto: Automatización de conciliaciones, monitoreo predictivo, reducción de tiempos de atención.
Optimización de procesos de testing y QA con IA.
Data analytics en riesgo y fraude: Mejora inmediata de márgenes y reducción de pérdidas.
Integración con fintechs para lanzar productos digitales en semanas, no años.
KPIs de valor: medir ahorro, ingresos y satisfacción, no solo uptime.
Es el proceso por el cual los bancos modernizan su tecnología, cultura y modelo de negocio para generar valor continuo, no solo operar digitalmente.
Por su impacto en el negocio: Eficiencia operativa, ingresos digitales, retención y satisfacción de clientes.
Cloud híbrido, IA generativa, analítica avanzada, APIs, automatización inteligente y ciberseguridad integral.
No de forma sostenible. La nube permite escalar, integrar y habilitar nuevos modelos de negocio.
Pérdida de competitividad frente a fintechs y bigtechs, mayor riesgo operativo y menor retención de clientes digitales.
La transformación digital en banca ya no es un proyecto, sino un modelo operativo continuo.
Las instituciones que entienden esto dejan de competir por eficiencia y comienzan a competir por velocidad, inteligencia y experiencia de cliente.
En Chile, la evolución del sector financiero muestra una dirección clara: Los bancos que fortalezcan sus cimientos tecnológicos hoy serán los que lideren la creación de valor mañana.
Gerente Comercial, ACL Tecnología
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