La ciberseguridad no es solo un requerimiento técnico. Hoy es una ventaja competitiva, una línea de defensa estratégica y un diferenciador real entre empresas resilientes y organizaciones expuestas.
En un escenario donde los ataques aumentan en número y en sofisticación, la pregunta ya no es "¿seré atacado?" sino "¿qué tan preparado estoy para resistir, reaccionar y recuperarme?".
Este artículo ofrece una mirada actualizada al estado de la ciberseguridad en 2025, con foco en Chile, combinando datos duros, estrategias efectivas, servicios críticos y ejemplos reales que puedes tomar como referencia.
Los datos no mienten. En 2024:
El 50% de los ciberataques apuntó a grandes organizaciones.
El 43% involucró malware.
El 68% tuvo origen en errores humanos.
El 32% derivó en exposición de información sensible.
Estas cifras no solo representan un riesgo, simbolizan una pérdida de confianza, de continuidad operativa y de posicionamiento de marca.
Falso. La seguridad debe entenderse como una cultura transversal. El factor humano sigue siendo el eslabón más débil.
¿Qué hacer?
Simulaciones de ingeniería social.
Evaluaciones periódicas de riesgo y cumplimiento.
Inversión en conciencia organizacional.
Falso. El 39% de las empresas sufrió incidentes en la nube en 2023 por configuraciones incorrectas.
¿Qué hacer?
Evaluaciones de configuración en entornos multicloud.
Integración de DevSecOps.
Monitorización automatizada con herramientas CSPM.
Falso. Incluso los modelos generativos de grandes proveedores pueden presentar brechas si no son auditados.
¿Qué hacer?
Pruebas de penetración especializadas en LLM y GenAI.
Validación de datasets, prompts y salidas.
Evaluación de seguridad en pipelines de IA.
Simulan ataques reales para revelar vulnerabilidades técnicas y de procesos.
Ataques simulados sofisticados que miden la capacidad de detección y respuesta de tu empresa.
Detección temprana de debilidades en el código antes de que lleguen a producción.
Verificación de controles, roles, acceso y configuración frente a estándares internacionales.
Rastreo de filtraciones en espacios públicos, redes sociales y dark web.
Dirección estratégica de seguridad sin necesidad de una contratación full-time.
Reto: Alta exposición a ataques de tipo ransomware.
Acciones: Pruebas continuas de penetración + Revisión de código fuente.
Resultado: Disminución de vulnerabilidades críticas en un 70%.
Reto: Fallas en apps móviles y portales web.
Acciones: Pentesting + capacitaciones internas.
Resultado: Protección de datos de huéspedes e integridad de servicios.
Reto: Brechas en la integración DevOps.
Acciones: Incorporación de SAST, DAST y CI/CD seguros.
Resultado: Cumplimiento normativo y reducción de exposición a amenazas.
Reto: Lenta identificación de amenazas emergentes.
Acciones: Implementación RAG + AWS Bedrock.
Resultado: 93% de precisión en amenazas detectadas y contramedidas sugeridas.
Reto: Falta de dirección estratégica en seguridad.
Acciones: vCISO, rediseño de políticas, auditorías.
Resultado: Cumplimiento regulatorio y gobernanza efectiva.
Las credenciales hablan. Profesionales con certificaciones como OSCP, eWPTX, eMAPT y SOC2 Tipo 2 aseguran:
Ejecución conforme a marcos internacionales (NIST, ISO, PCI-DSS).
Detección precisa de amenazas emergentes.
Intervenciones rápidas y recomendaciones priorizadas.
Mucho. El no haber sido atacado no es garantía de seguridad. Los atacantes suelen permanecer ocultos antes de ejecutar.
No comparada con el costo de una filtración. Además, existen modelos como PTaaS que permiten escalabilidad.
Puedes contratar un vCISO o apoyarte en equipos externos certificados para auditorías, monitoreo y estrategia.
Las empresas que entienden la ciberseguridad como una inversión estratégica están mejor posicionadas frente a crisis, tienen mayor confianza de clientes y garantizan continuidad operativa.
“Solo hay dos tipos de empresas: las que han sido hackeadas y las que aún no lo saben.” – John Chambers, ex CEO de Cisco.
La verdadera pregunta no es si te atacarán. Es si estarás preparado cuando ocurra.