¿Ahorrando en software? Así pierde dinero tu retail cada día

¿Ahorrando en software? Así pierde dinero tu retail cada día

En el dinámico sector retail chileno, la tecnología puede ser el mayor aliado… o un peligro silencioso. Muchas cadenas y tiendas siguen operando con software desactualizado, ese conjunto de programas “veteranos” que no han recibido actualizaciones recientes ni soporte adecuado. A simple vista, mantener un sistema antiguo que “aún funciona” parece ahorro de costos. ¿La realidad? Puede salir muy caro.

 

Un software obsoleto abre brechas de seguridad, limita la eficiencia operativa y frena la innovación. En un entorno donde los consumidores exigen experiencias ágiles y seguras –compras omnicanal, entregas exprés, stock sincronizado–, quedarse atrás tecnológicamente significa perder competitividad.

 

Para los gerentes y líderes de TI del retail, esta situación plantea una decisión crítica: ¿Seguir parchando sistemas antiguos o dar el salto hacia la modernización?

 

A continuación, exploramos por qué el software obsoleto es un riesgo latente para el retail, y cómo convertir la actualización tecnológica en una oportunidad de crecimiento. Preparémonos para descubrir cómo un software moderno puede marcar la diferencia entre liderar el mercado… o quedarse rezagado.

¿Qué es un software desactualizado y por qué preocupa en retail?

Un software desactualizado es aquel que ha dejado de recibir actualizaciones, parches de seguridad o mejoras por parte de sus desarrolladores. En otras palabras, es un programa que se quedó en el tiempo: funciona sobre versiones antiguas, con soporte expirado o incluso sistemas operativos obsoletos. Por ejemplo, una tienda que usa un POS (punto de venta) desarrollado a medida en 2010 y nunca actualizado, o un minorista que mantiene Windows 7 en sus cajas registradoras en 2025.

¿Por qué esto es preocupante en el sector retail?

Porque el retail actual exige integración en tiempo real, seguridad y flexibilidad. Un software anticuado típicamente no se comunica bien con nuevas plataformas (como sistemas de e-commerce, apps móviles o soluciones de logística moderna), puede tener fallas de seguridad conocidas y carece de funciones necesarias para la omnicanalidad.

 

En Chile, donde la adopción de herramientas digitales en retail se aceleró tras la pandemia, usar sistemas heredados se vuelve un lastre. De hecho, en muchas empresas (especialmente pymes) sigue siendo común trabajar con sistemas operativos obsoletos o software sin licencias vigentes, prácticas que exponen a vulnerabilidades conocidas aprovechadas fácilmente por atacantes.

 


 

Un software desactualizado en retail es como usar una caja registradora antigua en pleno mundo digital: te permite cobrar, sí, pero con un alto riesgo de errores, robos (de datos) y de quedarte corto ante las expectativas del nuevo consumidor.

 


Riesgos de mantener software obsoleto en el retail

Mantener un software antiguo “porque todavía anda” puede parecer cómodo, pero conlleva riesgos serios. Veamos los principales peligros de no actualizar los sistemas en una empresa retail:

Vulnerabilidades de seguridad y ciberriesgos

El riesgo más crítico. Un software sin actualizar es terreno fértil para ciberataques. Cada vez que se descubre una brecha de seguridad en un programa moderno, el proveedor lanza un parche para corregirla. Pero si nuestro sistema ya no recibe parches, queda expuesto permanentemente.

 

En retail, esto puede implicar desde filtraciones de datos de clientes (ejemplo: tarjetas de crédito comprometidas) hasta secuestro de sistemas (ransomware) que detenga operaciones completas.

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Los delincuentes conocen las fallas de versiones antiguas y las explotan – por ejemplo, POS desactualizados con vulnerabilidades conocidas encriptan datos de pago sin que lo notes.

 


 

Un caso famoso internacional fue el ataque de ransomware a la empresa de venta de combustible Colonial Pipeline en 2021, facilitado por un sistema obsoleto de VPN sin parches, que terminó costando millones y paralizando operaciones. En Chile, tras ataques recientes a retail y entidades públicas, ha quedado claro que software obsoleto = puerta abierta. Ninguna tienda quiere salir en las noticias por un robo de datos masivo debido a seguir usando un programa descontinuado.

Problemas de compatibilidad e integración

El retail moderno funciona como un ecosistema interconectado: la tienda física, la plataforma e-commerce, la app móvil, bodega, logística de despacho, CRM de clientes, etc., todos los sistemas deberían conversar entre sí. ¿Qué ocurre con un software antiguo? Suele ser incompatible con aplicaciones nuevas. Un ERP o sistema de stock de hace 15 años quizá no “entiende” cómo comunicarse con una app de ventas online moderna, obligando a engorrosos procesos manuales o a costosas integraciones parche. Esto deriva en datos aislados (silos) y procesos ineficientes.

 


 

Imagina que tu sistema de inventario no se integra con tu página web: podrías vender un producto online que en realidad ya está agotado en tienda, por falta de sincronización – un error clásico que hace perder ventas y confianza del cliente. La infraestructura obsoleta dificulta la integración y provoca falta de escalabilidad con nuevas herramientas.

 


 

En la práctica, muchas tiendas que crecieron rápido terminaron con un mosaico de sistemas desconectados. Por ejemplo, minoristas que usan un software para caja, otro distinto para bodega y quizás hojas de cálculo para online: una receta para errores de stock, precios desactualizados en canales digitales y pérdida de la “visión única” del negocio.

 

En cambio, las empresas que han actualizado a sistemas unificados o modulares (ERP integrales, plataformas omnicanal) eliminan estos cuellos de botella. Queda claro: mantener sistemas legados aislados es como tener varias versiones de la verdad – nunca sabes cuál dato es el correcto.

Mayor costo operativo y falta de soporte

Aunque suene contradictorio, aferrarse a software antiguo suele salir más caro a largo plazo. Inicialmente se piensa “ahorramos en licencias o en desarrollo”, pero los costos ocultos se acumulan: soporte especializado, parches manuales, tiempos de inactividad, etc. Muchas veces los proveedores ya no dan soporte oficial al software legado; si algo falla, encontrar quién lo repare es difícil y costoso.

 

Además, los sistemas viejos suelen requerir más mantenimiento: caídas del sistema, rendimiento pobre que ralentiza el trabajo, necesidad de servidores antiguos dedicados, etc. Estudios globales señalan que las empresas gastan entre 60% y 80% de sus presupuestos de TI solo en mantener sistemas legacy (heredados) funcionando, dejando apenas un margen para innovación. En retail, esto puede significar menos presupuesto para proyectos nuevos (por ejemplo, implementar una app móvil o mejoras de experiencia en tienda), porque el dinero se va en “apagar incendios” de la plataforma vieja.

 

Otro costo es el tiempo perdido por el personal: Forrester encontró que los empleados pierden en promedio un 26% de su jornada lidiando con tecnología lenta u obsoleta, tiempo que podría destinarse a tareas de valor (atender clientes, análisis de ventas, etc.). En síntesis, un software desactualizado puede ser un costo silencioso de recursos y productividad, aunque no aparezca explícitamente en el presupuesto.

Pérdida de eficiencia y competitividad

El retail es intensivo en detalles: miles de transacciones diarias, inventarios que vuelan, interacciones con clientes en múltiples canales. La eficiencia operativa es clave. Un software anticuado suele carecer de funcionalidades que hoy se dan por sentadas: automatizaciones de procesos, analítica en tiempo real, interfaz amigable para el usuario, soporte móvil, entre otras. Esto lleva a más trabajo manual y mayor posibilidad de errores humanos.

 

Peor aún, la empresa pierde agilidad para reaccionar al mercado. Por ejemplo, si el sistema no permite actualizar precios rápidamente o hacer promociones omnicanal, la tienda no podrá responder a la competencia ni a eventos comerciales (CyberDay, Black Friday) con la rapidez necesaria.

 

Un ejemplo local: la obligatoriedad de la Boleta Electrónica en Chile desde 2021 forzó a muchos minoristas a actualizar sus sistemas de facturación. Aquellos que no modernizaron a tiempo enfrentaron dificultades para cumplir con el SII y continuas interrupciones en caja por emitir documentos manualmente.

 


 

Las cadenas que sí invierten en software moderno (por ejemplo, grandes retailers chilenos que integraron sus canales online y físicos, ofrecen despacho 48h, etc.) están cosechando los frutos: decisiones basadas en datos en tiempo real, menos quiebres de stock, clientes más satisfechos.

 


 

En cambio, quienes se quedan con “lo que ha funcionado siempre” comienzan a perder participación de mercado. En palabras simples: el estancamiento tecnológico en retail es terreno fértil para que los competidores te sobrepasen.

Riesgos de incumplimiento y errores regulatorios

Aunque a veces se pasa por alto, usar software viejo puede llevar a incumplir normativas vigentes. En retail esto abarca varias áreas: desde la seguridad de datos personales (leyes de protección de datos requieren ciertas medidas que quizá un sistema antiguo no cumple) hasta requisitos tributarios (como las mencionadas boletas electrónicas, o libros de IVA digitales).

 

Un sistema no actualizado puede no contemplar cambios legales, exponiendo a la empresa a sanciones. Por ejemplo, si el software de la tienda no recibe actualizaciones, ¿cómo se adapta a un cambio en la tasa de impuesto o a nuevos formatos de reporte exigidos?

 

En Chile, con la Ley de Protección de Datos Personales (LPD) en desarrollo y mayores exigencias de ciberseguridad, operar con sistemas sin parches puede equivaler a violar estándares mínimos de seguridad, lo cual en caso de incidente te deja legalmente vulnerable. Además, los errores producidos por sistemas anticuados (ej: cálculos erróneos, registros duplicados, falta de trazabilidad) pueden generar inconsistencias contables o de inventario que después haya que explicar a auditores o autoridades. Cumplir normativas hoy no es opcional, y el software debe ayudar, no entorpecer.

 

Las empresas que han modernizado sus plataformas suelen tener módulos automáticos de cumplimiento (por ejemplo, actualizaciones automáticas ante cambios fiscales), reduciendo riesgos de multa. Mantener software obsoleto, en cambio, es navegar contra la corriente regulatoria con los ojos vendados.

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Ejemplos reales: impacto del software obsoleto en retail

Para aterrizar estos conceptos, veamos casos concretos de cómo el software desactualizado (o su actualización tardía) ha afectado a negocios retail, tanto en Chile como en el extranjero:

 

  • Caso internacional – Cadena minorista tradicional vs. gigante tecnológico: Un ejemplo emblemático fue la suerte dispar de Blockbuster vs Netflix. Blockbuster, retailer de arriendo de películas, no modernizó su modelo ni sus sistemas a tiempo (dependía de software en tiendas físicas para alquileres), mientras Netflix apostó por plataformas en línea y software innovador.

 

¿Resultado? Blockbuster quedó obsoleta y Netflix dominó. Si bien es un caso de modelo de negocio, en el fondo subyace la falta de actualización tecnológica. Asimismo, retailers icónicos como Sears en EE.UU. sufrieron por años sistemas legacy en sus operaciones e-commerce, incapaces de competir con la agilidad de Amazon – una lección dura de que la tecnología anticuada puede hundir incluso a gigantes.

 

  • Caso Chile – Retailer chileno acelera su transformación: Por el lado positivo, tenemos casos locales donde la modernización rindió frutos. Uno de los mayores retailers de Chile y Latinoamérica, invirtió fuertemente en plataformas omnicanal y modernizó sus sistemas para integrar tiendas físicas, ecommerce y logística. Esta transformación, apoyada en software moderno (por ejemplo, implementando una nueva plataforma de comercio unificado), le permitió ofrecer experiencias coherentes al cliente y manejar el explosivo crecimiento del canal online en los últimos años. La lección es que actualizar el software e infraestructura a tiempo habilitó a este líder del retail para competir con gigantes globales y responder a las exigencias del consumidor digital.

Beneficios de modernizar el software en el retail

Habiendo visto los riesgos, es momento de enfocarse en la solución. ¿Qué gana un retailer al actualizar o reemplazar su viejo software? Los beneficios son múltiples y pueden ser transformadores para el negocio:

Mejor seguridad y confianza:

Un software actualizado significa parches de seguridad al día y menor exposición a amenazas. Esto protege tanto a la empresa como a sus clientes. Imagina poder decir con certeza que los datos de tus compradores están seguros porque todos tus sistemas están reforzados contra las vulnerabilidades conocidas.

 

Además, muchas actualizaciones incluyen mejoras como autenticación de dos factores, cifrado avanzado, etc., elevando el estándar de seguridad. La confianza del cliente y de los partners aumenta cuando saben que manejas su información en sistemas robustos.

Integración y visión 360°:

La modernización suele implicar unificar plataformas. Por ejemplo, migrar varios sistemas aislados hacia un ERP integral, o adoptar soluciones modernas en la nube que se conectan vía API. El resultado es una visión 360 grados del negocio: catálogo, ventas, inventario, clientes, todo conectado.

 

Esto habilita experiencias omnicanal reales – el cliente compra online y puede devolver en tienda sin caos, porque el sistema es uno solo. También facilita la toma de decisiones basada en datos en tiempo real, al no tener que reconciliar información de múltiples fuentes manualmente.

Mayor eficiencia operativa:

Los sistemas actuales ofrecen automatización de procesos y flujos de trabajo inteligentes. Al modernizar software, muchas tareas que antes eran manuales pasan a ser automáticas (p.ej., actualización de stock inmediata tras cada venta, pedidos a proveedores generados cuando bajan existencias, informes automáticos diarios).

 

Esto libera al personal para enfocarse en actividades más estratégicas (vender, atender clientes, merchandising) en lugar de pelearse con el sistema. Además, un software nuevo suele ser más rápido y estable, reduciendo esperas y caídas. Menos tiempo “colgando” significa más transacciones por minuto y empleados más productivos.

Funcionalidades modernas (innovación):

Pasar a un software actualizado abre la puerta a aprovechar tecnologías emergentes. Por ejemplo, muchos softwares retail de última generación incluyen analítica incorporada, dashboards inteligentes, soporte para inteligencia artificial (como recomendadores de productos o análisis de comportamiento de clientes). También permiten integrar módulos nuevos conforme la empresa crece: punto de venta móvil, pagos sin contacto, programas de fidelización avanzados, entre otros.

 

En esencia, es dotar a la organización de herramientas de clase mundial. Un ejemplo concreto: un minorista que moderniza puede implementar fácilmente un sistema de recomendaciones personalizado en su sitio web usando IA, algo impensable con su antigua plataforma. La innovación se acelera cuando el cimiento tecnológico es sólido y flexible.

Reducción de costos a mediano plazo:

Aunque actualizar requiere inversión inicial, a mediano y largo plazo suele ahorrar costos. ¿Por qué? Se reducen los gastos de mantenimiento “extra” (soporte especializado, servidores antiguos). También las caídas de sistema y sus costos asociados (horas perdidas, ventas no realizadas) disminuyen drásticamente. Con procesos eficientes, la operación se optimiza: menos errores significa menos dinero perdido en corregirlos.

 

Además, un software moderno en la nube, por ejemplo, puede operar con infraestructura más económica (sin tener que mantener data centers propios, pagando solo por uso). Todo esto mejora el ROI de la tecnología. Muchas empresas descubren que en pocos años el costo de la modernización se paga solo vía ahorros y mejoras en ingresos por mayor eficacia.

Cumplimiento normativo y tranquilidad:

Los sistemas actualizados suelen venir preparados para cumplir con las últimas normativas. Por ejemplo, software de facturación actualizado contempla automáticamente cambios de impuestos o formatos electrónicos exigidos.

 

Asimismo, en temas de privacidad, las soluciones recientes incorporan medidas para alinearse con leyes de protección de datos (consentimiento, anonimización, etc.). Esto permite a la empresa estar siempre al día con menores esfuerzos, evitando riesgos legales. La tranquilidad de saber que “lo que pide la ley, el sistema lo trae incorporado” no tiene precio para un gerente.

 



En concreto, modernizar el software no es solo prevenir problemas, es ganar capacidades. El retail que actualiza sus plataformas tecnológicas puede operar con la velocidad, inteligencia y resiliencia que exigen los tiempos actuales. Desde mejorar la experiencia del cliente hasta empoderar a los colaboradores con mejores herramientas, los beneficios tocan todas las aristas del negocio.

 


¿Cómo abordar la actualización de un software legado en retail?

El paso de tener software obsoleto a uno moderno puede parecer desalentador, pero con una buena planificación es totalmente alcanzable. Aquí hay estrategias y recomendaciones para gerentes de TI que enfrentan este desafío:

Diagnóstico y auditoría inicial:

Primero, hay que saber dónde estamos parados. Es crucial realizar una auditoría de los sistemas actuales: ¿qué software usamos en cada área? ¿Qué tan desactualizado está cada uno (versión, año, soporte vigente o no)? ¿Cuáles son los mayores “dolores” que reportan los usuarios (lentitud, caídas, trabajos duplicados)?

 

También identificar dependencias críticas: por ejemplo, tal módulo viejo que si se cambia afecta a la facturación. Este mapeo dará un panorama de qué urge más y qué podría esperar. Prioriza aquellos sistemas que representen riesgos mayores (por ejemplo, algo de cara al cliente que falla, o algo expuesto a Internet sin parches).

Definir objetivos claros de negocio:

La actualización tecnológica no es por moda, sino para lograr metas de negocio. Hay que alinear el proyecto con objetivos concretos: aumentar ventas online, mejorar la satisfacción del cliente, reducir costos de TI, habilitar omnicanalidad real, etc.

 

Por ejemplo, si la meta es ofrecer una experiencia omnicanal fluida, habrá que priorizar un sistema integrado de ventas y stock. Si es reducir costos de infraestructura, tal vez migrar a la nube. Tener claros los beneficios esperados ayuda a justificar la inversión ante la alta gerencia y a enfocar esfuerzos en lo que más valor aporta.

Considerar un enfoque gradual (modernización por fases):

No siempre es necesario (ni aconsejable) desechar todo el sistema antiguo de golpe. Muchas empresas optan por una modernización progresiva: ir reemplazando módulos paso a paso o implementar soluciones paralelas que luego vayan absorbiendo la funcionalidad legacy. Por ejemplo, se puede comenzar migrando la base de datos a una versión actual en la nube, manteniendo la lógica vieja un tiempo, y luego sustituir la aplicación.

 

O implementar un nuevo módulo de e-commerce que se integre al ERP viejo temporalmente, hasta poder cambiar el ERP completo. Este enfoque fásico reduce el riesgo de interrupciones severas en la operación (evitas “apagar la luz” del negocio durante el cambio). Herramientas de integración como middleware o APIs pueden ayudar a que convivan lo nuevo y lo viejo durante la transición.

Evaluar alternativas: custom vs estándar, on-premise vs cloud:

Al modernizar, surgirán decisiones sobre qué tipo de soluciones adoptar. ¿Software a medida adaptado a tus procesos, o software estándar líder del mercado? ¿Mantener sistemas on-premise (en servidores propios) o migrar a soluciones cloud (en la nube)? Cada opción tiene pros y contras. Un ERP o software estándar suele incorporar mejores prácticas globales y recibir actualizaciones constantes, pero podría requerir adaptar algunos procesos internos. Una solución a medida te da ajuste fino a tu negocio, pero debes garantizar su mantenimiento evolutivo.

 

En cuanto a la nube, hoy muchas aplicaciones retail vienen en modalidad SaaS (Software as a Service), lo que ahorra preocupaciones de infraestructura y facilita actualizaciones automáticas. En Chile, ya vemos retailers usando sistemas POS cloud o ERPs cloud que les permitieron continuar operando remotamente durante cuarentenas, por ejemplo. Lo importante es investigar y apoyarse en expertos para elegir la combinación óptima según el tamaño de tu negocio, presupuesto y requerimientos de seguridad.

Acompañar la tecnología con capacitación y cambio cultural:

Una implementación exitosa no es solo cuestión de software, las personas deben adoptarlo. Es fundamental planificar capacitación al personal en los nuevos sistemas. Operadores de caja, encargados de inventario, gerentes de tienda: todos deben entender las nuevas herramientas y sus ventajas. Esto reduce la resistencia natural al cambio y acelera la curva de aprendizaje. Comunicar los beneficios que traerá la actualización para cada rol ayuda a ganar aceptación – por ejemplo, mostrar a los vendedores cómo la nueva app de punto de venta les permite atender más rápido y con menos errores que el sistema viejo.

 

Además, conviene arrancar con algún piloto o prueba controlada, quizá en una sucursal o en un área limitada, para recoger feedback y ajustar antes del despliegue total. En paralelo, es clave que la dirección de la empresa respalde visiblemente el proyecto, creando un sentido de urgencia positivo: esto es prioritario para nuestra estrategia, vamos a salir fortalecidos de este cambio.

Buscar apoyo experto y aliados tecnológicos:

Actualizar sistemas legacy puede ser complejo; no tiene por qué hacerse solo con el equipo interno. Partners especializados en modernización de software aportan experiencia de proyectos similares, metodologías probadas y recursos técnicos adicionales. Un aliado experimentado puede ayudar a diseñar el roadmap de modernización, recomendar tecnologías adecuadas (p.ej., qué plataforma retail omnicanal se adapta mejor al mercado local), e incluso ejecutar la migración minimizando riesgos.

 

También proveedores de software locales conocen las normativas chilenas (SII, boleta electrónica, etc.), lo cual es valioso. La colaboración con externos permite a la empresa seguir enfocada en el negocio mientras la tecnología evoluciona de la mano de expertos. Por ejemplo, un partner podría encargarse de migrar toda la data a un nuevo sistema durante un fin de semana, entregando el lunes la operación andando sobre la plataforma nueva. Elegir bien al aliado –que entienda el rubro retail y tenga casos de éxito– es un factor decisivo para lograr el resultado esperado sin traumas operativos.

 


 

En resumen, modernizar es un proyecto manejable si se planifica inteligentemente. Paso a paso, con objetivos claros, priorizando lo crítico y apoyándose en la gente adecuada, hasta el sistema más anticuado puede transformarse en una herramienta de vanguardia. La clave es empezar: postergar la decisión solo prolonga el riesgo y el costo hundido en lo viejo. Cada viaje de modernización comienza con el primer paso, y mientras antes se dé, más pronto se ven los beneficios.

 


Innovar o quedar fuera

El panorama es claro: en el retail actual, quien se queda con software desactualizado se queda atrás. Hemos visto que los riesgos no son imaginarios – van desde brechas de seguridad hasta clientes insatisfechos – y que los beneficios de modernizar superan con creces la incomodidad inicial del cambio. Actualizar los sistemas ya no es un lujo, es una necesidad estratégica para sobrevivir y prosperar en un mercado cada vez más competitivo y digital.

 

La buena noticia es que cada paso hacia la modernización, por pequeño que sea, suma. Migrar esa base de datos anticuada, implementar ese nuevo módulo de ventas en línea o entrenar al personal en una plataforma renovada, abre oportunidades: de ser más eficientes, de brindar mejor experiencia al cliente, de tomar decisiones con información en tiempo real y de dormir tranquilo/a sabiendo que tu negocio está protegido y preparado para el futuro. En lugar de ver al software legacy como un ancla, se puede convertir la actualización en un motor de crecimiento.

¿Y cómo dar ese salto con éxito?

En ACL somos expertos en impulsar la transformación digital del retail. Hemos acompañado a múltiples empresas chilenas en la evaluación, actualización y modernización de sus sistemas de software, minimizando riesgos y maximizando el valor. Ya sea implementando soluciones de clase mundial, desarrollando integraciones a medida o brindando asesoría estratégica, nuestro equipo entiende los desafíos locales y ofrece la experiencia global necesaria para superarlos.

 

No dejes que tu empresa se quede atrás. Te invitamos a conversar con uno de nuestros experto sobre cómo podemos ayudarte a modernizar tus sistemas de forma segura y efectiva. El retail del mañana se construye con las decisiones tecnológicas que tomes hoy. ¡Hablemos! Tu negocio y tus clientes te lo agradecerán.

 

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