Según un estudio reciente de Juniper Research, el volumen global de llamadas a APIs de Open Banking alcanzará los 722 mil millones en 2029, frente a los 137 mil millones proyectados para 2025. Estamos hablando de un crecimiento del 427% en solo cuatro años.
Este dato no solo refleja una tendencia global: confirma que estamos frente a una transformación estructural en la forma en que se construyen productos y servicios digitales. Y Chile no es la excepción.
Del código al negocio: ¿estamos preparados?
Uno de los cambios más profundos —y quizás más subestimados— que trae el modelo de Open Banking es que las APIs dejan de ser un recurso interno. Hoy se convierten en una vitrina pública de lo que una organización puede ofrecer.
Y eso, para quienes llevamos años trabajando en tecnología y negocios, lo cambia todo.
Ya no basta con conectar sistemas por dentro. El verdadero desafío es abrirse al ecosistema digital: permitir que clientes, socios y fintechs construyan sobre lo que tú decides exponer.
Tus APIs ya no son tuyas. Son la base sobre la cual otros crearán valor. Y ese valor puede jugar a tu favor… o en contra, si no gestionas esas interfaces con visión y estrategia.
¿Estamos gestionando nuestras APIs con la madurez que el Open Banking exige?
Desde una mirada comercial, muchas veces las APIs se siguen viendo como un tema “de TI”. Pero hoy son un activo clave en la experiencia de cliente, el tiempo al mercado, la eficiencia operativa y la innovación.
Y me hago preguntas que comparto a menudo con nuestros clientes en ACL:
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¿Diseñamos APIs pensando en quienes las consumirán… o solo en que funcionen?
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¿Tenemos mecanismos claros de seguridad, control y monitoreo?
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¿Existe gobernanza real sobre nuestras APIs o todo recae en un solo equipo técnico?
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¿Sabemos cómo las APIs aportan al negocio, o solo nos preocupamos de que no fallen?
Según: Juniper Research.
Open Banking no es solo integración. Es confianza, colaboración e innovación
Chile ya está dando pasos concretos.
Con la entrada en vigencia de la Ley Fintec N° 21.521 y la publicación del reglamento del Sistema de Finanzas Abiertas (SFA) por parte de la CMF en 2024, se abre una oportunidad única para rediseñar cómo colaboran bancos, fintechs y empresas.
Pero el verdadero salto no está en cumplir con la normativa. Está en entender cómo transformar estas exigencias en ventaja competitiva, mejorando la forma en que generamos valor con nuestras APIs.
Cuando una API falla, falla la confianza
No se trata solo de evitar errores técnicos. Cuando una API falla, falla una experiencia. Se erosiona la confianza. Y esa confianza —en entornos abiertos, interoperables y en tiempo real— es uno de los activos más críticos del negocio.
Pero también está el otro lado: una API bien diseñada, bien gobernada y bien monitoreada habilita nuevos negocios, mejora la eficiencia y fortalece las relaciones con los partners.
Reflexión final: integrar no basta, hay que liderar
En mi experiencia en el mundo comercial y tecnológico, he visto muchas transformaciones. Pero pocas tan relevantes como esta: pasar de pensar en APIs como piezas técnicas… a entenderlas como estrategias de apertura, escalabilidad y confianza.
Desde ACL, estamos acompañando a organizaciones que están dando este paso. Que quieren prepararse para cumplir y liderar en un entorno abierto y competitivo.
Y tú, ¿ya estás gestionando tus APIs con visión de futuro?
